
María Elena Guerra Cerrón
Docente
Fuente: http://www.holatelcel.com
Es comprensible que en un contexto de pandemia por el COVID-19 y las diferentes variantes que se vienen manifestando con resultados fatales que todos conocemos, no se haya recordado que el 20 de marzo se celebra el “Día de la felicidad”, porque, al parecer, no tendríamos razones para estar felices, salvo por gozar de salud.
El “Día de la felicidad” fue decretado por la Asamblea General de la ONU para reconocer a la felicidad y el bienestar como aspiraciones universales de las personas y promover su inclusión en las políticas estatales. Además, por el reconocimiento de “…la necesidad de que se aplique al crecimiento económico un enfoque más inclusivo, equitativo y equilibrado, que promueva el desarrollo sostenible, la erradicación de la pobreza, la felicidad y el bienestar de todos los pueblos” (1).
Encuentro justificación en este reconocimiento al identificar una relación entre el “Día de la felicidad” y, la “Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano” de 1789; dado que, en esta, entre otros, se señala que las reclamaciones de los ciudadanos deben atenderse de acuerdo a los principios simples e incontestables, de acuerdo a la Constitución y a la felicidad de todos. En este marco, ya se viene hablando y escribiendo acerca del derecho a la felicidad como derecho humano, en algunos casos justificándolo y en otros rechazando tal categoría, porque se alega que sería de imposible cumplimiento por parte de los Estados.
Puede señalarse que la felicidad estaría vinculada al bienestar y ambos serían los objetivos de un Estado fuerte (con las características que le corresponderían de acuerdo al régimen económico que se haya elegido), por lo tanto, en las políticas y acciones del Estado sí tendría que considerarse a la felicidad, estableciéndose algunos estándares mínimos.
Recientemente ha sido publicado el ranking de los países más felices del mundo como resultado de un estudio patrocinado por la ONU (2), en el cual el Perú se encuentra en el puesto 63 (no ha variado su posición en relación al año 2020 y en el 2019 se ubicó en el puesto 65). Los países de Europa han ocupado los diez primeros puestos y Finlandia es el «país más feliz del mundo». En Latinoamérica el país más feliz es Costa Rica que se ubica en el puesto 16. Según los autores del estudio (3), los resultados de este ranking son producto del cruce de información recibida de los entrevistados con cifras del PBI y, datos acerca de la libertad individual y corrupción, entre otros.
Una posible explicación (subjetiva) de estos resultados a pesar de la situación sanitaria mundial es que, si bien la felicidad individual se habría visto afectada, esta ha sido compensada con la felicidad colectiva por las diversas manifestaciones de solidaridad que se han evidenciado, convirtiéndose esta en un valor supremo y, también por acciones acertadas de algunos Estados.
Notas:
(1) Organización de las Naciones Unidas, “Día Internacional de la Felicidad”. Acceso el 30 de marzo de 2021. https://bit.ly/3cqjyKi.
(2) DATOSMACRO, “Índice mundial de la felicidad”, en Expansión. Acceso el 30 de marzo de 2021. https://datosmacro.expansion.com/demografia/indice-felicidad.
(3) Redacción Gestión, 2021. “Perú retiene puesto 63 en ranking de felicidad”, Gestión, 23 de marzo. Acceso el 30 de marzo de 2021. https://bit.ly/3drTQEP.